A menudo, la baja autoestima se produce porque no sabemos quienes de verdad somos. Creemos que somos lo limitable, que somos el sufrimiento, que somos la situación económica, que somos lo que se supone que debemos ser, lo que otras personas nos dicen que somos, o lo que los demás piensan sobre nosotros. En este sentido, la meditación puede ayudar a aumentar nuestra autoestima al aportarnos claridad y toma de contacto con nuestra propia esencia.
La meditación calma la mente, frena las ideas y proporciona serenidad y paz para entender las cosas como son, sin matizarlas con la subjetividad que todos tenemos, y que se enrarece cuando acumulamos experiencias difíciles. Es un instrumento para lograr el auto-conocimiento y la depuración de emociones negativas, haciendo un alto en el movimiento al que las personas nos encontramos sometidas a diario, y permitiéndonos contactar con nuestro corazón libre de perjuicios y pre-conceptos, para purificar las emociones y hallar el camino hacia la transformación personal y el logro de los propios objetivos.
Todos y cada uno de nosotros poseemos cualidades, y la capacidad y el poder para escoger y liderar el camino de nuestras vidas. La meditación proporciona la claridad, quietud y mirada introspectiva necesarias para descubrir quiénes somos realmente, y sentirnos orgullosos de ello cultivando los dones de la aceptación y la gratitud.
A través de la meditación podemos trascender las falsas creencias bajo las que se esconde nuestro verdadero yo, y darnos cuenta de lo que realmente somos, todos y cada uno de nosotros; seres de luz, de perfección, seres de amor, y creaciones divinas de la naturaleza.
Namasté